4748  Latitud Tango/ A little of Anibal Carmelo Troilo

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Date: Mon, 19 Feb 2007 21:53:40 +0100 (CET)
From: gaby luna <gala37ar@yahoo.es>
Subject: [Tango-L] Latitud Tango/ A little of Anibal Carmelo Troilo
To: tango-l@mit.edu

Su casa natal de la calle Cabrera. El primer bandone?n que nunca termin? de pagar. El debut a los 11 a?os. Su formaci?n. La relaci?n con Zita. Y una trayectoria insuperable.








Mariano del Mazo
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Hay datos que el destino se encarga, retrospectivamente, de subrayar. Resignada a que jam?s ser?a farmac?utico, Felisa le compr? el primer bandone?n a su hijo An?bal Carmelo Troilo "a un ruso de la calle C?rdoba". Costaba 120 pesos y acord? un pago mensual de diez cuotas de 12. An?bal ten?a 11 a?os, se hab?a encandilado con unos bandoneonistas que tocaban durante los picnics que organizaba la sociedad La Fanfarria en los terrenos del antiguo Hip?dromo Nacional, gastaba horas simulando tocar el fueye con un almohad?n de pluma y se hab?a comprometido a pagar ?l mismo, con changas, cada una de las cuotas. El cobrador pas? dos meses y nunca m?s se supo nada de ?l ni del "ruso". Troilo comenzaba su historia con el tango con una deuda impaga.

Lo que ocurri? a partir de ese momento tuvo un v?rtigo mete?rico. El chico se hizo un hueco entre la escuela y el f?tbol (alternaba como centrohalf y centrofoward en los clubes Regional Palermo y San Salvador) y se contact? con Goyo, un muchacho que tocaba el bandone?n en caf?s del Centro. An?bal quer?a aprender pero Goyo era, apenas, orejero. Le dijo que probara con un maestro que ?l conoc?a, Juan Amendolaro. A ?l recurri? Troilo. Despu?s de seis meses febriles, Amendolaro tir? la toalla. "Ya est?, pibe. No ten?s nada que aprender".

Debut? de rigurosos cortos y con gesto de gorri?n mojado en el cine Petit Col?n de C?rdoba y Laprida, a algunas cuadras de su casa de Cabrera 3457, donde naci? el 11 de julio de 1914. Nadie entend?a bien de d?nde ven?a el talento musical. Su padre, carnicero, apenas rasgaba la guitarra; su madre, ni eso. "Yo no soy m?sico ?dir?a muchos a?os despu?s?; yo soy tanguero. ?Me imagin?s a m? tocando la flauta?"

Lo concreto es que en aquellos a?os, y antes de formar su propia orquesta en 1937, An?bal Troilo realiz? un veloz aprendizaje tocando en distintas formaciones bajo la direcci?n de Juan Maglio "Pacho", Elvino Vardaro, Osvaldo Pugliese, Alfredo Gobbi, Lucio Demare. Secreta o inconscientemente estaba definiendo su estilo. En algunos a?os har?a crujir las estructuras del tango. Se convertir?a en un s?mbolo de Buenos Aires y en una s?ntesis perfecta del buen tango popular; su hinchada ser?a heterog?nea, equidistante del pulso anfetam?nico y masivo de Juan D'Arienzo y de la elegancia de sal?n de un Osvaldo Fresedo, por citar dos extremos.

Adem?s del puntapi? inicial como director, 1937 tambi?n signific? el comienzo de su relaci?n con Zita. Fue una relaci?n tormentosa, que se volvi? todo ternura en el final. Zita sol?a contar que su marido bajaba con la bolsa de los mandados a comprar soda y volv?a a los tres d?as... "?y sin la soda!". La bohemia de Troilo estaba hecha de noches eternas.

Cuando la d?cada de oro del tango se extingui? junto con los carnavales y An?bal Troilo ya hab?a convertido a un pu?ado de buenos cantores en los mejores del g?nero y no estaba m?s el rasgo saliente de Orlando Go?i al piano ni Jos? Basso, Pichuco se fue replegando hacia formatos m?s peque?os. Su sociedad con Roberto Grela puli? de un modo insuperable la tradici?n criolla de fueye y guitarra. Y su cuarteto con Osvaldo Berlingieri (luego reemplazado por Jos? Col?ngelo), Ubaldo De Lio y Rafael del Bagno atraves? como una r?faga de luz las madrugadas de boliches como Ca?o 14 que resist?an como pod?an los embates del rock and roll, el boogie italiano y El Club del Clan.

Nutrido en las filas de su orquesta, Astor Piazzolla se hab?a lanzado a inventar otra historia y a profundizar, tambi?n, su tensa y ambigua relaci?n con el tango tradicional, Troilo incluido.

El famoso poema Nocturno de mi barrio ("dicen que me fui de mi barrio, pero ?cu?ndo? / Si siempre estoy llegando...") colabor? a fortalecer el mito. Ya era el Troilo crepuscular. Cuarenta a?os de nocturnidad hab?an hecho mella, y adem?s atacaba la artrosis. "La peor enfermedad para un bandoneonista", dec?a Zita.

El 17 de mayo de 1975, un d?a antes de su muerte, en el teatro Ode?n, fue su ?ltima actuaci?n. El espect?culo se titulaba Simplemente Pichuco y se escucharon Danzar?n, A mis viejos, La ?ltima curda, Pa'que bailen los muchachos, Sur.

Quedaron 64 composiciones entre tangos, valses y milongas. Y tambi?n un imaginario de actos nobles y buenos, de amistades blindadas, de sobremesas y correr?as. Una idea vaga de que An?bal Carmelo Troilo hac?a feliz a la gente. Quiz? sea verdad.

La vieja deuda del bandone?n ?las diez cuotas impagas? puede considerarse saldada.


















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