150  Solo para Argentinos

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Date: Thu, 16 Aug 2001 15:25:29 -0700
From: JLGB <oncidium22@YAHOO.COM>
Subject: Solo para Argentinos

Alma de valija

El tango tiene corazsn en todos lados

Por Horacio de Dios

A mm me pasa lo mismo que a usted, segzn cantaba Palito Ortega antes de dedicarse a la polmtica.

Si estoy viajando, apenas escucho un tango en una reunisn, tiemblo al pensar que me van a preguntar si lo bailo.

Dando por sentado que sm, porque lo imaginan tan habitual en un argentino como el caballo en un gaucho.

Y paso seguido una seqora me va a abrir los brazos para llevarme a la pista igual que con Al Pacino en Perfume de mujer. Es el sueqo de las gringas con la milonga.

Sin embargo, como la mayorma de los porteqos, no me atrevo a bailarlo. No es cosa, como en cualquier otra mzsica, de mover el esqueleto y punto ya que vale todo. No queremos pasar un papelsn porque la mano en la cintura debe marcar con firmeza los pasos, sin dudar, para no transmitirle a las piernas ajenas el riesgo pams. Nos paraliza no saber lo que tendrmamos que saber, la verg|enza de haber sido y el dolor de ya no ser.
Es una danza anterior al feminismo, cuando los roles de ambos sexos estaban claramente determinados. Por eso no se baila suelto, sino apretado. Es la expresisn vertical de un deseo horizontal y forma parte de la coreografma del deseo que asegura la multiplicacisn de la especie. Los estudiosos extranjeros que lo respetan mas que nosotros, lo llaman baile de contacto, de friccisn.
En oposicisn a los tecnos donde cada uno va por su lado, mirando mas a los espejos que al compaqero, sin tocarse ni por casualidad. Ideales para histiricos unisex que muchas veces bailan solos o en grupos indiferenciados que siguen incondicionalmente las travesuras de los disc jockey (DJ) convertidos en estrellas.
El tango, y de manera muy especial el baile que no necesita la traduccisn de las letras, atrae en el posfeminismo que busca un nuevo equilibrio entre los sexos, ni muy muy ni tan tan. Donde cada cual atienda su juego sin creerse superior al otro/otra ya que pass de moda el machismo y el hembrismo.

De una punta a la otra
Basta pasear por Internet para observarlo en todo el mundo, desde Finlandia hasta Londres y acentuadamente en Estados Unidos donde en San Francisco hay una radio que pasa tangos 24 horas seguidas aunque el locutor no hable una palabra de espaqol. Y lo mas interesante, porque se trata de pasar del dicho al hecho, es la incorporacisn del tango a los ritmos latinos en los boliches.
Aparentemente no tiene nada que ver por su melancolma de pensamiento triste que se baila en oposicisn al cuerpo desatado de la Vida loca. Sin embargo, como lo sabma Jorge Porcel que cantaba y bailaba muy bien tangos y boleros,
hay bastante en comzn. Lo confirma en su restaurante de Miami, donde su anexo parece un consulado latinoamericano. Y lo mismo se da en la enorme pista del Conga Room en Los Angeles, que por su ixito describen como el House of Blues de los ritmos Latinos. Jennifer Lspez (su dueqa) incluys clases de tango junto a las de merengue o cumbia para que todos se puedan prender mientras los conjuntos pasan de un ritmo a otro.
La mzsica es hmbrida por naturaleza y su fecundidad aumenta donde confluyen culturas distintas. Es lo que pass con la bailanta, el fensmeno Rodrigo y la apabullante cumbia villera. Procesos de fusisn que los especialistas llaman fertilidad cruzada y cross over (sobrepasar los lmmites). Astor Piazzolla es un capmtulo mayor al saltar del Colsn al Club Almagro y viceversa. Me serviri este csctel que agrega salsa al tango. La prsxima vez que me pregunten si bailo tango me largari sin dudarlo. Y que salga lo que el destino quiera con la tutela de Carlos Gardel que se cantaba todo, desde jotas y cielitos hasta fox trots con las rubias de New York...

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