2545  Agreement on the coding of tango steps

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Date: Wed, 7 Jul 2004 10:22:46 -0600
From: romerob <romerob@TELUSPLANET.NET>
Subject: Agreement on the coding of tango steps

>Copes, Pugliese, Zotto, Gavito, and several other

masters got together for this purpose, after 5 hours
of discussion, and almost going to the fists, they
gave up. They could not even agree on the basic
step. If these masters of Tango could not agree on
the basic step, I don’t think that we ever will.

We will always have our debates and conversations on
what we think is right, and give our opinions of
what we have been taught, but the many issues of
Tango will never be finalized or agreed upon<

Not quite true,

Following is an article from 1991 in Spanish about a meeting of tango
masters in Buenos Aires for the purpose of agreeing on the coding of tango
steps so that Tango could be more easily taught. The outcome of this meeting
was that there exist two basic steps/choreographies completely different --
one of 6 and the other of 8 steps. Both basic steps ought to be taught.
Commonly, the one of 6 steps is used in the popular dances (milongas!), and
the one of 8 steps for the stage. The choreography of 6 steps helps to
navigate the dance floor, and prevents the dancer from stopping in the line
of dance.

The original link where I found this article does not seem to work anymore,
perhaps it has been reshuffled in the archives.

https://www.lamaga.com.ar/www/area2/pg_nota.asp?id_nota=182

En una asamblea debatieron cuántos pasos tiene la "base" de baile y la
unificación de terminología
Los "sabios" codifican cortes y quebradas para enseñar tango

Nota del 3 del 10 de 1991. SERGIO CRISCOLO

Más de ciento veinte milongueros míticos, bailarines profesores y aprendices
de tango se reunieron por primera vez en la segunda quincena de setiembre
con un propósito derivado de la reciente fundación de la Universidad del
Tango de Buenos Aires: codificar la danza para unificar criterios sobre la
forma de enseñarla. Ocurrió en el Círculo Social y Deportivo Sin Rumbo
-Tamborini 6157, Villa Urquiza -, bautizada la catedral del tango con un
cartel fijado en la puerta de acceso. Era una asamblea abierta convocada
porque "cada uno le da un nombre diferente a las figuras y los profesores
deben unificar criterios para no confundir a la gente", al decir de Miguel
Angel Zotto, asesor de la Universidad y mentor de la codificación para la
enseñanza.

Micrófono en mano, Zotto fue el encargado de moderar el debate entre
empanada y empanada. Parado en medio de la pista de baile y rodeado de mesas
y sillas ocupadas por los participantes, concedía la palabra y el lugar para
permitir a cada uno exponer su posición. "El tango es salón", sentenció
Villarraso, uno de los veinte viejos milongueros que se acercaron a la cita.
"No importa que sea para fantasía o salón", replicó Zotto en uno de sus
tantos intentos por encauzar la discusión.

Otros conocidos personajes del mundo tanguero compartían la celebridad con
Villarraso. Estaban Olivetto, el presidente del club anfitrión; Lampazo;
Portalea; Tanguito; Pedro; Víctor -el de la pareja Víctor y Norma -, Poroto;
Nelly, - pareja de Miguel Valdamera hasta su muerte; Graciela, compañera de
Pupi. Y unos cuantos más, conocidos de tanto encontrarse en pistas de baile
aunque sólo identificables por el apellido, por el nombre o por el apodo,
pero jamás por todo junto.

Una de las particularidades de la Universidad del Tango es que serán los
bailarines populares quienes dicten las clases. Salvo casos contados, nunca
se dedicaron a la enseñanza y aquellos que sí lo han hecho tendrán a su
cargo materias complejas como coreografía. Unos de éstos, Juan Carlos Copes.


Tal vez por aquello de que nada hay escrito en esta danza, cada cuestión
puesta en debate originó en la asamblea interminables discusiones. La
llamada base del baile hegemonizó la polémica en la reunión inaugural. Por
un lado estaban aquellos que opinaban que son seis los pasos necesarios; por
otro, quienes están seguros de que son ocho. Cada bailarín exponía su
posición y luego la llevaba a la práctica en la pista de baldosas fríamente
rosadas, sin música y acompañado por alguna de las bailarinas jóvenes que
franqueaban el lucrar. "Acá no se va a poner en juego el estilo de cada
uno", remarcó Zotto. Pedro aseguró que "para acomodar el cuerpo y que no se
vaya ni para un lado ni para otro es necesario hacer ocho pasos". Disentía
con el moderador y con la mayoría de la concurrencia, plantada en que los
bailarines, los milongueros no hacen ocho". Serio, el debate se corrió un
poco para discutir otra cuestión esencial, cual es la forma en que se
termina la base, si con un paso hacia atrás o hacia el costado.

Finalmente hubo una conclusión cuasi salomónica: existen dos bases,
completamente distintas, de seis y ocho pasos, y ambas deben ser enseñadas.
Por lo general, la de seis es utilizada en los bailes populares y la de ocho
en los escenarios. La de seis, además, ayuda a avanzar y a no quedarse en el
lugar.

Quedó mucho por hablar, y para hacerlo hubo consenso en la idea de reunirse
cada quince días. Habrá que definir los nombres de las figuras para que
todos los profesores utilicen los mismos, dado que hoy existen cuatro o
cinco para cada una. Por ejemplo, el Rulo y el Fosforito son una misma cosa,
y en medio de la discusión del Sin Rumbo, Portalea, llamó Quebrada a lo que
Zotto denominó Corrida.

Al terminar la asamblea, las conclusiones quedaron anotadas en un cuaderno y
los concurrentes más conspicuos pusieron allí sus firmas convalidando lo
resuelto por mayoría. El salón iba quedando vacío cuando un profesor de
Quilmes quiso dejar sembrada una alerta: "Entre milongueros sentenció-"
tenemos un chamuyo, pero la cosa es cómo les enseñarnos a caminar a los
pibes. Yo tengo ciento cincuenta que quieren quedarse. No los echemos".


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